Para estos días es muy común recibir el famoso tamal, ese que no viene envuelto en hojas de cachaco, sino en entramados de corrupción.
Y es que las famosas reuniones de candidatos políticos, no estarían completas sin el tamal o en ocasiones el plato de lechona (según el presupuesto del candidato (a), y es en ese momento cuando el plato típico de la región, se convierte en ese típico plato electoral.
Así, regalando tamales, lechona, mercados, hojas de zinc, ladrillos y cemento; pretenden llegar a ser los ‘h.p. de la patria’,…
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